Hasta siempre José Luis

El sábado 9 de junio nos dejó José Luis Murgo, editor de www.cocheargentino.com.ar, organizador de Expo Auto Argentino y, sobre todas las cosas, un gran amigo.

En mi muro de Facebook le dediqué unas palabras que aquí reproduzco:

¡Hasta siempre José Luis!

Mi memoria es imperfecta cuando trato de recordar con precisión en qué mes de 2004 entró un mail a la casilla de correos de Autohistoria, que por entonces hacía poco más de un año que estaba “on line”. Y aunque no recuerdo con certeza las palabras, sí tengo muy presente la idea. Decía algo así como: “Felicitaciones por tu sitio. Yo tengo uno parecido, podemos compartir información. Te dejo el link”. El sitio era www.cocheargentino.com.ar y al pie del mail firmaba un tal José Luis Murgo.
Me gustó eso de “compartir”. En tiempos donde esa palabra está ausente en el diccionario de muchos, en el de José Luis se usaba con frecuencia. Después de hacer click en el link, se abrió la página inicio de un sitio web donde un Anasagasti con una bandera argentina que se transparentaba en el banner superior me daba la bienvenida. Por debajo, diminutas fotos de autos argentinos, conocidos y desconocidos, y las 27 letras del alfabeto me invitaban a pincharlas para descubrir historias, datos técnicos y estadísticas. Después de un rato de recorrerlo, supe que jugábamos en el mismo equipo.
Le respondí y nos prometimos un encuentro que se demoró casi un año, cuando coincidimos en el bar El General, donde hacía sus reuniones mensuales el Club IAME, del cual fuimos socios fundadores. Fue lo primero que compartimos. Lo segundo, fueron nuestras renuncias.

De allí en más, se fue construyendo una sólida amistad, siempre vinculada al interés común en la historia de los autos argentinos. Vinieron intercambios de Corsas, Parabrisas, Automundo, Motor y tantas otras revistas nacionales. Manuales de guantera y despieces. Fotos de prensa. Publicidades de época. Datos técnicos, estadísticas. Todo servía para reconstruir parcialmente el universo automotor criollo.

Y vinieron los amigos. El lujo de compartir mesas, charlas y anécdotas con el gran Federico Kirbus, quien nos abrió la puerta de su casa y nos honró con su amistad. Luego se sumaron los soberanos y los jazmineros.

Con más temores que certezas dijimos que sí, cuando un par de socios del Rotary Club de Francisco Álvarez nos propuso hacer una exposición de autos. Recurrimos a nuestros contactos, que también dijeron que sí, y así nació la primera Expo Auto Argentino, una muestra de la que nos sentimos orgullosos y que nos dio muchísimos amigos.

José Luis no dudó un instante cuando lo consulté para que escribiese el prólogo de mi libro sobre los autos argentinos.
Como si lo hubiese estado esperando, me lo mandó al día siguiente. Era claro, sencillo, sentido y emotivo. Tan bien escrito que el editor no tuvo necesidad de corregir ni un punto ni una coma. “Es lo mejor del libro”, me decía con ese humor que siempre le brotaba.

Pero todo cambió repentinamente. Después de la expo, supimos de unas molestias que lo aquejaban. Pasarán, pensamos. Pero no.
Esta mañana, solos tres palabras en el wapp fueron suficientes para informarme de su partida. Incredulidad, dolor, impotencia, bronca. Lo intento, pero no encuentro cómo describir las sensaciones.

Me resisto a decirte adiós. Solo te digo hasta siempre.
¡Abrazo fierrero!

Gustavo Feder

Compartiendo la misma pasión en la primera edición de Expo Auto Argentino, realizada en 2010.

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