Mercado automotor: entre la pandemia y la falta de dólares

Toyota aumenta producción en Argentina

La combinación de coronavirus y otra de las recurrentes crisis argentinas generó situaciones que alteraron el andar de una industria que requiere previsibilidad para funcionar.

Por Alejandro Fischer. Director de AutoescanerTV y director periodístico de InfoAuto.

La pandemia mundial y la cuarentena local generaron un cuadro de situación absolutamente inédito tanto en lo sanitario, como en lo social, económico y político.

En la Argentina, con uno de los confinamientos más prolongados del planeta, la crisis del coronavirus, en coincidencia con otra de las recurrentes crisis económicas que genera la propia sociedad en su conjunto, impactó de manera disímil en el sector automotor con un entramado que tiene distintas aristas.

Al inicio de este año se proyectaba un mercado de autos de unas 400.000 unidades, muy lejos de las 950.000 de 2013, el pico histórico para la Argentina.

Si bien las previsiones eran menores que las del año pasado las marcas podían acomodar sus estructuras a la baja como lo venían haciendo desde algunos años atrás. Pero la pandemia-cuarentena trastocó todos los cálculos y hasta los ritmos habituales de producción, comercio exterior y comercialización. De esta manera, las proyecciones en mayo hablaban de una brutal caída a unas 230.000/240.000 unidades. Ahora, a principios de octubre, las previsiones se ubican en un mercado que rondaría las 300.000 unidades.

En la línea de montaje

Tras 2 meses de fábricas detenidas desde el 20 de marzo, las terminales y las autopartistas volvieron a funcionar en formato cámara lenta.

“Sesenta días sin producir fue un golpe muy duro para toda la actividad”, resumió un vocero de una marca europea.

El sector productivo automotor buscó acomodarse lo antes posible, tomando protocolos de sus casas matrices para reiniciar la actividad y de esta manera fue uno de los primeros en volver a fabricar.

Sin embargo, las realidades fueron muy heterogéneas. El hecho de cumplir estrictamente con los protocolos sanitarios -en particular el distanciamiento social-, y con buena parte del personal de riesgo en sus casas, provocó trabajo limitado y por ende una restricción en la oferta de productos por cantidad.

Mercado automotor: entre la pandemia y la falta de dólares
La especialización en pick ups alienta perspectivas exportadoras más allá del Mercosur.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la forma en la cual se determinaron los protocolos sanitarios a nivel nacional, provincial y municipal limitó a varias terminales y autopartistas que podrían trabajar a mayor velocidad o, incluso, con nuevos turnos de ocupación. Además hubo problemas no sólo de autorizaciones para producir sino también de permisos para circular las mercaderías que no todos los distritos autorizan.

Mercado interno

Las concesionarias también estuvieron cerradas por cerca de 70 días o más en función de cada distrito. Pero hoy lo que más empuja al mercado no son las novedades, las ofertas o las liquidaciones anticipadas sino que es la diferencia cambiaria y que, paradójicamente, es lo que permitió cierta recuperación de ventas en los últimos 3 meses. Sucede que con una brecha cambiaria del 70 % aquellos que tienen ahorros en dólares vieron una oportunidad casi única.

Donde más se notó la demanda fue en los modelos nacionales que no están alcanzados por el impuesto interno. En el caso de los modelos de alta gama y más caros, con la aplicación de ese impuesto en alguna medida la diferencia se licuó.

Por otro lado, aquellos que están excedidos en pesos y se los quieren sacar de encima porque no pueden comprar dólares oficiales buscan dolarizarse vía adquisición de autos.

Importaciones restringidas

Varios analistas económicos observan que ante la carencia de dólares, la actividad se encamina hacia una economía mucho más administrada, regulada y más trabada en donde las importaciones de vehículos estarán sumamente restringidas.

Viendo hacia  2021, se cree que el Gobierno va a dirigir todos sus esfuerzos a que el consumo esté orientado hacia productos locales. En este sentido, las que más van a padecer la situación son las empresas que no tienen producción local. Pronostican que en este escenario habrá muy poco nivel de autorizaciones para importar (SIMI, anteriores DD.JJ.) y serán dosificadas. Y, en este contexto, podría darse la desaparición de alguna marca en función de sus volúmenes de ventas, segmento y de si su estrategia comercial es de coyuntura o a largo plazo.

La contracara de esta situación serán las autopartes necesarias para la producción y reposición. Estas tendrán pronto despacho en la aduana pero con esto van a bajar fuertemente los volúmenes de stock con lo cual se irá hacia un “mercado del faltante”, o sea, para reponer una pieza se van a triplicar los tiempos de espera porque las empresas no van a poner dinero en acumular piezas.

Mercado automotor: entre la pandemia y la falta de dólares
Tras dos meses de inactividad, la producción se reinició pero a ritmo lento y heterogéneo.

Hay que tener en cuenta una realidad clave: con una integración de piezas de origen nacional que en promedio se ubica en el 25 % para producir un vehículo de 4 ruedas hace falta que el restante 75 % llegue de algún otro país. En el caso de las motos este porcentaje se ubica por encima del 90 %.

Por eso, el gran tema de la macroeconomía que domina la escena es que la Argentina no tiene dólares para sostener una actividad que requiere de divisas para movilizar el negocio.

Mercados externos

Para las exportaciones siempre hay que mirar a Brasil. Hoy el vecino se está recuperando pero a una velocidad muy baja. Las estimaciones de crecimiento para el año que viene hablan de 3 %.

El resto de los mercados de América Latina tiene perspectivas de recuperación gracias a los precios de los comodities agropecuarios y minerales que con el excedente de liquidez mundial y la inestabilidad del dólar generan expectativas de buenos precios internacionales lo cual podría provocar una recuperación de las exportaciones argentinas.

Pero atención: lo que nuestro país claramente puede exportar fuera de Brasil, son pick-ups, un segmento en el cual ha alcanzado cierta especialización.

El problema es que Argentina es un país caro para producir vehículos, no ha logrado una escala importante y constante, y, por ende, no es competitivo. Según un estudio elaborado por la consultora Bain & Company, un auto fabricado en la Argentina es 25 % más caro que en Brasil y 65 % más que en México.

A esto se suma que cuando se exporta un auto se lo recarga con impuestos que, en promedio, se ubican en el 15 %, mientras que países como Brasil o México dan incentivos de los gobiernos nacionales o estaduales para compensar la presión impositiva.

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